Las nubes tormentosas amenazaban cuando la Marcha y el Encuentro Black Lives Matter/Stop the Violence (Las vidas negras importan/Terminar con la violencia) se reunieron la noche del lunes 20 de julio. El organizador Ric Gordon y su cohorte de activistas, LaWann Stribling, Carla Johns, Amanda Jennings, Lucy Silver y Janna Parker, no se desalentaron. Gordon abrió con un poema del Dr. Benjamin Mays, Solo tengo un minuto: “Pero depende de mí usarlo. Debo sufrir si lo pierdo. Dar cuenta si abuso de él… pero en él está la eternidad”.
Gordon les recordó a los manifestantes que en este momento, aquellos que habían venido a pie y en bicicleta en más de 90 grados estaban dando cuenta de la eternidad.
Mientras los manifestantes se reunían, los mensajes estampados en las camisetas reforzaban el tono del mitin: la piel negra no es un crimen; Black Lives Matter en lenguaje de señas; y la imagen inquietante de una familia Greenbelt cuyo padre fue asesinado por la violencia.
La Marcha por las Vidas Negras se amplió para incluir Terminar con la Violencia en Franklin Park. Orador tras orador recordaron a la audiencia que Franklin Park es parte de Greenbelt. El pastor Claude Jennings de Impact Fellowship, señalando a la multitud, dijo que así es como se ve la vecindad. “Mientras que los que hacen el mal llaman más la atención, aquellos de nosotros que hacemos justicia debemos ser más visibles”. Reconoció al Departamento de Policía de Greenbelt, incluido el Jefe Rick Bowers, de pie con los manifestantes y dijo que “debemos marchar en unidad, amor y paz”. Siguió el concejal Emmett Jordan y habló de las divisiones culturales, sociales y raciales que nos han separado por mucho tiempo.
El alcalde Colin Byrd se presentó “trajeado” en un clima de 99 grados para desafiar a los manifestantes a “recuperar nuestra comunidad, bloque por bloque”. Enunció los nombres de las víctimas de violencia en Greenbelt y agradeció al Departamento de Policía de Greenbelt por asegurar arrestos y ofrecer cierta sensación de consuelo y justicia a las familias.
Byrd, leyendo notas preparadas, recordó a la multitud que no hay una causa única ni una solución única para el crimen. Citó intentos anteriores de soluciones rápidas desde las “políticas de ventanas rotas” (broken windows policing), donde el cumplimiento estricto se convirtió en un mandato, hasta centrarse en el control de armas o en reducir la policía y dar más atención al tratamiento de salud mental. Hizo hincapié en que una causa demasiado simplificada del crimen es tan errónea como una solución demasiado simplificada. “La letanía de causas citadas por los expertos como las raíces del crimen requieren que las respuestas de la comunidad sean asimismo variadas”. Nos recordó que la intervención policial es solo una parte de la solución, que no puede ser la única solución. “Las personas en esta comunidad determinarán cuánto crimen hay en esta comunidad. La excelencia debe ser el estándar. Puede haber obstáculos, pero no excusas”. Concluyó sus comentarios diciendo que la unidad no es uniformidad. Que una familia amorosa no es perfecta, pero una familia amorosa resuelve los problemas. Recordó a los oyentes que Franklin Park se conoce como el “hood” (un barrio peligroso) y preguntó a la multitud “¿qué falta?” “Neighbor” fue la respuesta. “Neighbor”, repitió. “Esta es una comunidad (neighborhood)”, finalizó.
Cuando pasó la amenaza de lluvia, una ligera brisa agitó las hojas mientras los manifestantes se dirigían calle abajo cantando: “Sin justicia, no hay paz; Black Lives Matter; Unidad, Amor y Paz” y “Un único Greenbelt”.
(1) Nota de la traductora: El título implica un juego de palabras que no se puede traducir al español. En inglés “the hood” es un término que se usa para designar a un barrio peligroso. Es un término que se deriva de la palabra “neighborhood” que significa vecindario, y donde “neighbor” quiere decir vecino. Al poner “neighbor” junto con “hood”, “the hood”, que es un barrio malo, se convierte en “neighborhood” que es un vecindario, una comunidad. Lo que el título indica es que los vecinos hacen la diferencia entre un mal barrio y uno bueno.